Si bien con un título así se podría hablar sobre la conciencia que hay que tener sobre el sufrimiento del prójimo, o como debemos ser humanos concientizados con la sociedad... no me voy a referir a eso, ya que es pega de los líderes religiosos y morales.
Pero como no soy ni lo uno, ni lo otro, hablaré sobre una conciencia que cada día me impresiona más, una conciencia engañadora y hasta estúpida que vivimos día a día en nuestras aulas universitarias (y en las escolares también).
No hay que ser sociólogo para darse cuenta. Si uno mira las tres primeras filas de una sala, se da cuenta que están los alumnos aplicados, con sus cuadernos llenos de apuntes, escribiendo (o grabando) todo lo que dice el profesor, atentos a cada detalle y sin dejar que nada se les pase por encima. Ahora, si se empieza a mirar las filas de más atrás se percatará que en los estantes, en vez de haber cuadernos, hay varios "Publimetro" o "La Hora".Esto no significa que los estudiantes universitarios de hoy en día estén más comprometidos e interesados con el día a día país, ni que tengan una afición particular por la política internacional y las alzas de la bolsa. Estos diarios llenan las mesas universitarias por sus afamados y nunca bien ponderados puzzles, los que si bien tienen un puesto muy alto en el ranking de cosas que hacen los alumnos en clases, de a poco están siendo reemplazados por los Sudoku que vienen en revistas como "El Mosaíco" o "La Placa" y que al parecer son un mayor desafio intelectual para el estudiantado, que siempre trata de superarse a sí mismo y traspasar las barreras impuestas por los juegos de las generaciones anteriores.
En esas "filas de atrás" tampoco faltan los que aprovechan las comodidades de las salas para "hecharse una siestesita" la que puede durar los 3 módulos de la mañana. O los que deben ponerse al día de todas las copuchas que sucedieron entre que dejaron de hablar por messenger la noche anterior y la mañana, por lo que en las salas se genera un "murmullo de fondo" constante durante toda la clase.
Ahora, cuando uno se acerca a estos grupos de atrás y les pregunta:
- "¿¿Pa qué chucha viniste a clases si no poni atención??"
- Ellos (yo), responden: Para sentirme bien con mi conciencia
Sí, sonará raro, muchos se despiertan(mos) antes de las 7 A.M, se aguantan(mos) un taco de mierda y andan(mos) con sueño toda la mañana.... para quedar tranquilos con su(nuestra) conciencia.
P: ¿¿¿¿Por qué????
R: Por el poder que tiene la conciencia.
Porque si bien, se podrían(mos) dormir toda la mañana, ver tele, leer un libro. No se(nos) sentirían(mos) bien haciéndolo ya que en ese mismo momento podrían(mos) estar en clases, tomando apuntes e invirtiendo para las pruebas que se vienen, en vez de estar descansando o haciendo cualquier otra actividad en la casa.
Sin embargo, al parecer, es suficiente la presencia, aunque sea de cuerpo y no de mente, para poder satisfacer nuestras necesidades concienticistas, lo que nos lleva, inevitablemente, a ser personas, quizás poco lógicas, pero tranquilas con nuestras conciencias....
...al menos en lo que al estudio respecta.
Ahora, ¿cuál es la razón de esto?.
¿Por qué nos conformamos sólamente con estar presentes?, al menos en las clases más aburridas. Pensándolo un poco (en medio de una clase "Cuidados de la persona enferma") me pude dar cuenta que es por el "cortoplasismo" que tenemos, sobre todo con las cosas que no nos importan tanto.
"De ahí veo qué hago"
"Filo, si igual lo estudio después"
"¡¿Y de qué chucha me va a servir esto en la vida?!"
Estas son las frases que pensamos constantemente mientras hacemos el intento de escuchar a estos profesores que, lo único que hacen, es pararse al frente del curso a leer sus powerpoints que tienen toda la información necesaria.
Sin embargo, de alguna manera hay que justificar nuestra presencia en la sala, por lo que nos autoconvencemos de que nuestra presencia es correcta diciendo...
"Bueno, algo me entrará si me quedo acá"
Quizás sonará ilógico, pero finalmente la conciencia es más fuerte que la razón......
Curioso, pero real...
octubre 05, 2006
El poder de la conciencia
Publicado por
Albert!!!
en
12:01 a. m.
Etiquetas: analisis, costumbres
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5 comentarios:
Al parecer, me cago en mi conciencia, porque la verdad no me da ni un poco de cargo de conciencia cuando falto a clases...:D
Saludos,
Aru
jajajajajjajaja
buenaa! ... nunca lo habia pensado desde ese punto de vista... ahora justamente toi sentada en mi escritorio tratando de estudiar neuro... mi consciencia esta trankila, al menos fisicamente me instale en la silla :D aunke... de estudio? no mucho todavia
saludos!
más q la conciencia me preocupan otras cosas sensoriales.. jaja...
como por ejemplo la levitación y los poderes mentales q podrían facilitar la "sorpresiva" desaparición de algunos profesores...
no te parece ideal albert?
saludos
:O, en verdad creelo q apostaría q ese dialogo lo tuvimos con racha y por eso no vamos a clases en las mañanas xdxdxd......
cuando vi tu nick, pensé q tbn podrías tocar un tema de la consciencia como....
" la consciencia no nos impide cometer pecados, pero si disfrutar de ellos " :P:P:P:P entiendase pecado, a esos actos de carrete donde la inhibicion limbica producto del alcohol y la poca luz....hace despertarse por la mañana con una "shuuuu la vendí"...
jajAj eso, un abrazo chaooooo
Telly, Cristian Correa
creo que falto comentar otro tipo de persona, la que va a clases por la "consciencia", pero entra en el circulo vicioso de aprovechar esa "horita" de clase para estudiar otra cosa... para el control de la tarde, la prueba de mañana, y en mi caso creo que he sabido aprovechar de esa manera esas clases q tanto nos aburren y sentimos q nos hacen perder el tiempo... si igual despues lo estudiamos o no??... jajaja puede ser una buena opcion, tomenla en cuenta!
besitos!!
Nicolita
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